Hola, Pandas:
Ayer peinamos todas las playas de Panfu. ¡Y no conseguimos averiguar nada nuevo! Nadie pudo darnos norte sobre el paradero del pobre Pingoo, que aparecía llorando en la bola de cristal de Kamaria. Lenny había visto un delfín mientras surfeaba, pero no había visto ningún pingüino. La doctora Feelgood tenía algunos pacientes Pokopet, pero Pingoo no está entre ellos.
Ahora la doctora también está preocupada. Normalmente, los pingüinos habitan en la Antártida. ¡Pingoo estará sufriendo una insolación!
Es como un refriado para los animales que pasan de vivir en un sitio frío a un sitio cálido.. o algo así.
La doctora Feelgood le recomendaría vivir en un ambiente gélido si viene a Panfu. Era un buen consejo, aunque aún no sabíamos dónde estaba Pingoo y por qué estaba tan triste. ¡Pero se nos había ocurrido una idea genial! 
¡Podríamos preguntarle a Horst Hering, el capitán del puerto! Se pasa el día observando el mar. ¡Seguro que ha visto algo!
Nos pusimos en camino y en cuanto llegamos supimos que habíamos dado con la clave. Horst Hering estaba como loco mirando por su telescopio y gritando: “¡¡Pingüino!! ¡Ayuda!”.
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué necesitaba ayuda Pingoo?
Bueno, tenemos que irnos. Mañana os seguimos contando la historia. Vamos a preguntarle al profesor Bookworm cómo podemos prevenir que Pingoo sufra una insolación.
Que os vaya bien
Ella y Max
Ayer peinamos todas las playas de Panfu. ¡Y no conseguimos averiguar nada nuevo! Nadie pudo darnos norte sobre el paradero del pobre Pingoo, que aparecía llorando en la bola de cristal de Kamaria. Lenny había visto un delfín mientras surfeaba, pero no había visto ningún pingüino. La doctora Feelgood tenía algunos pacientes Pokopet, pero Pingoo no está entre ellos.
Ahora la doctora también está preocupada. Normalmente, los pingüinos habitan en la Antártida. ¡Pingoo estará sufriendo una insolación!
Es como un refriado para los animales que pasan de vivir en un sitio frío a un sitio cálido.. o algo así.
La doctora Feelgood le recomendaría vivir en un ambiente gélido si viene a Panfu. Era un buen consejo, aunque aún no sabíamos dónde estaba Pingoo y por qué estaba tan triste. ¡Pero se nos había ocurrido una idea genial! ¡Podríamos preguntarle a Horst Hering, el capitán del puerto! Se pasa el día observando el mar. ¡Seguro que ha visto algo!Nos pusimos en camino y en cuanto llegamos supimos que habíamos dado con la clave. Horst Hering estaba como loco mirando por su telescopio y gritando: “¡¡Pingüino!! ¡Ayuda!”.
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué necesitaba ayuda Pingoo?Bueno, tenemos que irnos. Mañana os seguimos contando la historia. Vamos a preguntarle al profesor Bookworm cómo podemos prevenir que Pingoo sufra una insolación.
Que os vaya bien
Ella y Max
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