Buenos días, Pandas:
Queremos contaros lo que Horst Hering vió ayer por su “ojo de cristal” (para él es su “telescopio” )
“Ay ay ay, pero qué está viendo mi ojo de cristal? ¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco, SEIS pingüinos en una barca diminuta! Y con esta marea. ¡Por los cañones benditos, esto no puede tener un buen final! De repente, Pingoo se cae del barco. Viene una fuerte ola y .. ¡platsch! ¡El pequeño Pingoo acaba remojado en el agua! ¿Pero y la barca? ¡Ha desaparecido!”
No quiso volver a mirar. Yo le pregunté con voz temblorosa: “¿Qué le ha pasado a Pingoo?”. Horst Hering tragó saliba y me dijo con una voz baja como nunca se la había oído: “Mi ojo de cristal no puede encontrarle…” Durante 3 minutos nadie se atrevió a decir nada. Ella y yo nos sentamos en el suelo desconcertados a la espera de que Horst Hering diera con algún rastro de Pingoo a través de su telescopio. Una lágrima se escurrió por su mejilla ”Este viento marítimo siempre me hace llorar”. Acto seguido dio un salto enorme y dijo “¡Ahí está! ¡Pingoo está vivo! Y está nadando hacia Panfu”. ¡¡Puhhhh!! ¡Qué alivio!
Según los cálculos de Horst Hering, Pingoo llegará mañana a nuestra playa del Caribe. ¡Tenemos que ayudarle a encontrar a su familia! Ahora voy a relajarme un poco, voy a comerme un heladito. A partir de hoy podréis comprar un kiosko de fresas, helados, kebab o perritos calientes para vuestra casa del árbol:
¡Para relajarnos también tenemos el Kung Fu! Pan Lee va a dar su tercera y última clase. Buscadle en la terraza del castillo, os enseñará a hacer el Wok Fu.
Que os vaya bien
Max y Ella
Queremos contaros lo que Horst Hering vió ayer por su “ojo de cristal” (para él es su “telescopio” )
“Ay ay ay, pero qué está viendo mi ojo de cristal? ¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco, SEIS pingüinos en una barca diminuta! Y con esta marea. ¡Por los cañones benditos, esto no puede tener un buen final! De repente, Pingoo se cae del barco. Viene una fuerte ola y .. ¡platsch! ¡El pequeño Pingoo acaba remojado en el agua! ¿Pero y la barca? ¡Ha desaparecido!”
No quiso volver a mirar. Yo le pregunté con voz temblorosa: “¿Qué le ha pasado a Pingoo?”. Horst Hering tragó saliba y me dijo con una voz baja como nunca se la había oído: “Mi ojo de cristal no puede encontrarle…” Durante 3 minutos nadie se atrevió a decir nada. Ella y yo nos sentamos en el suelo desconcertados a la espera de que Horst Hering diera con algún rastro de Pingoo a través de su telescopio. Una lágrima se escurrió por su mejilla ”Este viento marítimo siempre me hace llorar”. Acto seguido dio un salto enorme y dijo “¡Ahí está! ¡Pingoo está vivo! Y está nadando hacia Panfu”. ¡¡Puhhhh!! ¡Qué alivio!
Según los cálculos de Horst Hering, Pingoo llegará mañana a nuestra playa del Caribe. ¡Tenemos que ayudarle a encontrar a su familia! Ahora voy a relajarme un poco, voy a comerme un heladito. A partir de hoy podréis comprar un kiosko de fresas, helados, kebab o perritos calientes para vuestra casa del árbol:
¡Para relajarnos también tenemos el Kung Fu! Pan Lee va a dar su tercera y última clase. Buscadle en la terraza del castillo, os enseñará a hacer el Wok Fu.
Que os vaya bien
Max y Ella
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